EDUTEKA: La vía rápida hacia nuevas competencias
Por María Marta Ferreyra,
Lelys Dinarte Díaz, Sergio Urzúa y Marina Bassi
PRÓLOGO
Carlos Felipe Jaramillo
Vicepresidente Región de América Latina y el Caribe
Grupo Banco Mundial
La pandemia del COVID-19 ha desencadenado una crisis sin
precedentes en América Latina y el Caribe (ALC) —un duro golpe
para una región que apenas había conseguido recuperar el
equilibrio tras el colapso de los precios de los productos
primarios en 2013—. La crisis ha repercutido gravemente sobre el
empleo agregado y la producción, y ha empujado a millones de
personas a la pobreza. Sin embargo, aunque la crisis ha
destruido muchos puestos de trabajo y empresas, también ha
creado otros. En el último año, las máquinas y las plataformas
electrónicas han sustituido a los trabajadores en algunos
sectores, pero también se ha comprobado que a las personas con
habilidades analíticas les ha ido bien durante la pandemia.
Aunque estas tendencias ya eran manifiestas antes de la
pandemia, se han acentuado aún más a lo largo del último año.
En este contexto, invertir en habilidades para los puestos de
trabajo del futuro se ha convertido en una necesidad crítica y
urgente. Ya es evidente que los mercados laborales superarán la
pandemia con cambios irreversibles. Es posible que muchos de los
puestos de trabajo que han desaparecido no vuelvan a crearse.
Cuando las empresas comiencen a contratar, muchas buscarán
nuevas habilidades. La readaptación profesional y la formación
complementaria de la población serán fundamentales —no solo para
la recuperación y la transformación económica, sino también para
la equidad y la inclusión—.
El desarrollo de capital humano calificado es una función
fundamental de los sistemas de educación superior. ¿Están
preparados los sistemas de ALC para afrontar este desafío en el
contexto actual? ¿Están en condiciones de compasar la
transformación estructural en curso y satisfacer las necesidades
del nuevo mercado laboral, o seguirán manteniendo su orientación
hacia el mercado laboral del pasado? ¿Pueden adaptarse con
flexibilidad y rapidez o necesitarán muchos años?
Este estudio sostiene que los programas de ciclo corto (PCC) —un
tipo de programa de educación superior— son especialmente
adecuados para superar dichos retos. Estos programas, que han
pasado relativamente desapercibidos para investigadores y
autoridades responsables del diseño de las políticas, tienen un
claro enfoque en los mercados laborales y en ayudar a los
estudiantes a conseguir un empleo. Además, una de sus
principales ventajas es que desarrollan capital humano
calificado en solo dos o tres años.
Los datos presentados en este libro demuestran que, en promedio,
estos programas producen buenos resultados académicos y
laborales. Además, sus proveedores se adaptan rápidamente a las
necesidades de los mercados laborales locales, y muchos PCC
adoptan prácticas específicas que contribuyen a los buenos
resultados de los estudiantes. Aunque no todos los PCC son igual
de buenos, el desarrollo de políticas claras y contundentes
puede mitigar las deficiencias de los PCC y permitir que
concreten su potencial.
Un estudio anterior sobre la educación superior en la región
—Momento decisivo: la educación superior en América Latina y el
Caribe—, publicado en 2017 por el Banco Mundial, ya remarcó que
la educación superior se enfrentaba a un momento decisivo porque
el modelo imperante no estaba logrando lo que la región deseaba
y necesitaba: una educación con capacidad para promover el
crecimiento, la innovación y la inclusión.
Ahora que la región se propone crear sistemas de educación
superior mejores y más adecuados, este informe aboga por nuevas
acciones e ideas respaldadas por datos empíricos, no solo para
superar la crisis actual, sino también para sentar las bases de
una economía más productiva y una sociedad más equitativa.
Los resultados de este estudio pueden contribuir a crear un
entorno en el que se ofrezcan buenos programas para que los
estudiantes puedan cursarlos en toda la región, lo cual es
fundamental, dada la urgencia de ALC por dotar a su población de
habilidades, readaptación profesional y formación
complementaria.
Los PCC pueden ser sumamente valiosos: están orientados al
mercado laboral y a habilidades u ocupaciones específicas, y sus
proveedores son flexibles y se adaptan con facilidad a las
nuevas realidades. Además, el costo total y el tiempo de
dedicación por estudiante es menor que el de programas
universitarios.
A medida que ALC emerge de la pandemia del COVID-19, la región
tendrá la oportunidad de trazar un nuevo futuro hacia un
crecimiento económico más equitativo y sostenido. La creación de
un capital humano con las habilidades necesarias para los
empleos del futuro será clave. Este informe aporta nuevos datos
e ideas sobre cómo pueden contribuir los PCC a alcanzar este
objetivo.
CRÉDITOS:
La presente obra fue publicada originalmente por el Banco
Mundial en inglés en 2021, con el título The Fast Track to New
Skills: Short-Cycle Higher Education Programs in Latin America
and the Caribbean in 2021. En caso de discrepancias, prevalecerá
el idioma original. Esta obra ha sido realizada por el personal
del Banco Mundial con contribuciones externas. Las opiniones,
interpretaciones y conclusiones aquí expresadas no son
necesariamente reflejo de la opinión del Banco Mundial, de su
Directorio Ejecutivo ni de los países representados por este. El
Banco Mundial no garantiza la exactitud de los datos que figuran
en esta publicación. Las fronteras, los colores, las
denominaciones y demás datos que aparecen en los mapas de este
documento no implican juicio alguno, por parte del Banco
Mundial, sobre la condición jurídica de ninguno de los
territorios, ni la aprobación o aceptación de tales fronteras.
Nada de lo establecido en el presente documento constituirá o se
considerará una limitación o renuncia a los privilegios e
inmunidades del Banco Mundial, los cuales quedan específicamente
reservados en su totalidad.
Descarga el libro
AQUÍ
|